maternidad / preparación / parto

Sin miedo al Parto

Author's Profile
Mama Joy
1 sept 2024
7 min read
Sin miedo al Parto
Cuando sueltas el miedo, das paso a la fuerza y a la conexión más profunda contigo misma.

Mi parto natural sin epidural

El 24 de mayo de 2022 tuve a mi segundo hijo, Isaac. Fue un parto natural sin epidural. Ingresé en la clínica privada “Montserrat” de Lleida el mismo día 24 de mayo a las 18 hs. Desde las 15 hs aproximadamente empecé con contracciones.

Al principio eran cada media hora. Luego cada 20 minutos y a eso de las 17:00 ya llamé a mi comadrona para darle el aviso de que me venían seguidas. Cada 5 minutos. Aún así no eran dolorosas, eran como las de Braxton Hits.

Se me endurecía mucho la barriga pero no sentía dolor. Al hablar por teléfono me indicó que fuera para la clínica. Al llegar, me revisó la comadrona y me dijo que tenía que quedarme en el hospital, que ya estaba en trabajo de parto.

Me asignaron una habitación y allí fui con mi marido, a esperar el periodo de dilatación.

Algo que recuerdo muy bien antes de subir a la habitación es que yo le dije a la comadrona que quería un parto sin epidural, ya lo había decidido con antelación. Y cuando me hizo una serie de preguntas (por protocolo del parto) yo le dije que no quería que me forzaran el proceso.

Es decir, no quería que me administraran oxitocina ni que me pusieran fórceps ni nada de eso. Que yo quería un parto 100 % natural y que todo se fuera dando de manera natural hasta el momento del nacimiento.

Tras ese momento en el que reconozco que me puse un poco nerviosa por pensar demasiado en que todo fuera como yo ya había planeado, se me detuvieron las contracciones. ¿Es curioso no? Llegué a la clínica con contracciones seguidas, cada 5 minutos. Deberían haber continuado. ¿Por qué se me pararon justo después de que yo hablara con la comadrona para detallarle cómo quería que fuera mi parto?

Estuve alrededor de 2 horas en mi habitación esperando a que volvieran las contracciones, porque se me habían detenido por completo. Algo que he aprendido de esto y que me ha quedado muy claro es que cuanto más usamos la cabeza, más pensamos y más nos obsesionamos mentalmente en una idea, un deseo, menos estamos dejando fluir un proceso, y más como este, el del parto.

Así que lo que hice fue “dejar de pensar” y me concentré en disfrutar. En escuchar música. A mi me encanta bailar así que me puse a bailar en la habitación, abrazaba a mi marido, también oraba y le hablaba a mi bebé.

Empecé a concentrarme más en pensamientos positivos. Daba gracias por el parto que iba a tener. Le decía a mi bebé que juntos lo lograríamos. Que todo iba a salir bien. Y a las 20:30 comenzaron a venir de nuevo las contracciones, y esta vez vinieron super intensas y fuertes.

Ya eran contracciones de parto!!!

Me subieron al paritorio y allí me metí en la bañera que tenían con agua caliente para acabar de dilatar a 10 cm. Allí recuerdo lo mucho que me dolieron las contracciones. Fueron dolorosas sí, pero también podía recobrar fuerzas en los descansos. Estaba bien atendida. Estaba con mi marido. Él me acompañaba en todo momento. Me animaba. Me hacía algún masaje.

Tengo que decir que en una de las contracciones más fuertes que tuve (ahora entiendo por qué, eran de las últimas) sentí que no iba a aguantar mucho más tiempo el dolor e incluso se lo dije a la comadrona. Al salir de la bañera, me fui para la camilla del paritorio, para que me revisaran.

Mi esposo estaba a mi lado y me iba proporcionando el óxido nitroso como analgésico natural. La secreción de unas sustancias naturales propias de este analgésico modula el estímulo del dolor al descender a través de los canales nerviosos de la médula espinal. Creo que algo me aliviaba…que me hacía “delirar” un poco…y olvidarme del dolor.

Yo empecé a sentir muchas muchas ganas de empujar. Fue ahí, en la camilla, cuando me revisó la enfermera ¡y se dio cuenta de que la cabeza del bebé ya estaba coronando! Llamó a mi ginecóloga de inmediato para decirle que ya estaba preparada para empujar. Y lo que más recuerdo es que yo sola empecé a empujar con todas mis fuerzas.

¡Yo sentía absolutamente todo! Sentía que tenía que expulsar a un bebé de mi vientre! Y eso fue realmente increíble!! Me preguntaron si yo quería terminar de sacarlo. Y, por supuesto lo hice! Yo misma me saqué al bebé y me lo llevé a mis brazos! A las 22:00 horas nació mi hijo Isaac.

Y, ¡qué momento maravilloso! Mi hijo empezó a llorar y a llorar mucho! Pero yo lo calmaba, le hice piel con piel y desde ese momento no se separó de mi (exceptuando cuando estaba con su padre que también lo tuvo en brazos).

El trabajo de parto real de mi segundo hijo duró tan solo una hora y media, desde que empezaron las contracciones fuertes (después de que se me pausaran) a las 20:30 horas. Esa hora y media fue intensa.

No voy a negar que las contracciones de la última fase de parto dolieron. Pero no me arrepiento de nada. Creo que fue una buena decisión y elección tener un parto natural

Pero lo que más puedo rescatar de mi parto, es que cuando sueltas el miedo, das paso a la fuerza y a la conexión más profunda contigo misma.

Así que, si estás leyendo este blog y más aún si estás embarazada, te animo a que sueltes tus miedos! A que te entregues al momento con toda tu fuerza, tu confianza, tu fe, optimismo y seguridad. Confía en el poder que tiene tu cuerpo para dar vida!


El miedo como percepción, no como realidad

El miedo es una emoción que se caracteriza por experimentar una sensación desagradable e intensa ante la percepción de un peligro real o imaginario. El parto, sobretodo si es el primero, es un peligro imaginario.

No es real.

¿Qué te hace pensar que el parto en si mismo es peligroso, negativo o traumático? ¿Las experiencias de otras personas? ¿Otros partos que han sido difíciles?

Si bien todas hemos sentido miedo alguna vez, y es cierto que el parto puede considerarse una situación propensa a experimentar miedo, por el asombro ante lo desconocido, por dejarnos llevar por las opiniones o comentarios ajenos, por dejar que las experiencias más negativas nos condicionen a pensar que la nuestra va a ser igual… Pero no deja de ser un peligro imaginario.

Y si es tu segundo, tercer o cuarto embarazo y has tenido anteriormente partos difíciles, tener miedo no va a ayudarte a superar el parto de manera positiva, si realmente quieres que no se repita una experiencia negativa.

Sea como sea, yo, por mi experiencia, te animo a que te relajes, a que seas muy consciente de la respiración, a que pienses en cosas como que “te abres como una flor” (te lo digo porque yo lo pensé y me lo decía a mi misma), a que le pidas a tu esposo, pareja, que te abrace, te bese, te diga cosas bonitas…necesitamos generar la oxitocina natural de nuestro propio cuerpo para favorecer la dilatación!!

Si estás embarazada, te deseo que puedas enfrentar el parto con calma, con entusiasmo, con toda la fuerza que hay en ti, con valentía! Recuerda que nuestra mente genera los neurotransmisores, que son los que activan los procesos fisiológicos. El parto es un proceso fisiológico natural. Nuestro cuerpo tiene el potencial y la capacidad de dar vida!


No te olvides de seguirme en las redes para estar al día de todos los consejos
@mamasuperreal
Mira este video para ampliar el contenido del artículo
¡No te pierdas ninguno de mis artículos y novedades!
Gracias

Todas nuestras novedades y futuros proyectos estarán en tu bandeja de entrada

MamaSuperReal Logo
@mamasuperreal
Contacto © 2025 Mamá Super Real